Un estudio de NielsenIQ reveló que, en la temporada 2025, el uso de calefacción eléctrica cayó 8 puntos porcentuales respecto al año pasado, mientras que los sistemas a gas, parafina y leña crecieron hasta un 7,9% en valor. El cambio responde al fuerte impacto de las tarifas eléctricas en los hogares.
Las alzas sostenidas en las cuentas de la luz están redefiniendo la forma en que los chilenos se calefaccionan. Según el más reciente estudio de NielsenIQ, entre marzo y junio de 2025 la calefacción eléctrica perdió protagonismo en el gasto de los hogares, cayendo del 42% al 34% en participación de valor respecto a igual periodo de 2024.
En contraste, la calefacción no eléctrica –principalmente a gas, parafina y leña– aumentó del 42% al 51% en el mismo lapso, marcando una clara preferencia por alternativas menos expuestas a las alzas tarifarias. El calientacamas, en tanto, se mantuvo estable en un 16% de participación, sin variaciones frente al año anterior.
En cuanto a ventas de unidades, la temporada 2025 registró 934.000 aparatos de calefacción vendidos –incluyendo calientacamas, estufas eléctricas y no eléctricas– equivalentes a $47.000 millones, siendo junio el mes de mayor rendimiento. En 2024, se habían comercializado 1 millón de unidades por $53.000 millones, mientras que en 2023 el peak se alcanzó con 1 millón de unidades y $65.000 millones en ventas.
El análisis por tipo de calefacción no eléctrica muestra un crecimiento sostenido en valor durante 2025: estufas a pellet y leña aumentaron un 5,5%, las a gas parafina un 6,3% y las a gas un 12,1%, con un promedio de expansión del 7,9%.
Los datos confirman que el impacto económico de la electricidad está impulsando una migración hacia sistemas de calefacción más tradicionales, un cambio que podría marcar la tendencia para las próximas temporadas de invierno si las tarifas continúan al alza.
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