El proyecto Pignus, liderado por Kattina Orellana y ganador del FIT Construcción impulsado por el OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción, desarrolla entrenamientos inmersivos que simulan escenarios de obra en la búsqueda por reducir la accidentabilidad en el rubro.
El proyecto liderado por Kattina Orellana, COO y cofundadora de Pignus, busca transformar la manera en que se entrenan los trabajadores de la construcción en Chile utilizando visores de realidad aumentada para, de una forma lúdica, capacitar y hacer pruebas que minimicen los riesgos laborales en un rubro que requiere estar siempre alerta.

La empresa nació con la idea de evaluar competencias laborales mediante realidad virtual, traspasando las pruebas conductuales hechas tradicionalmente en el papel, hacia el mundo digital inmersivo. Ese fue el concepto que el OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) premió en 2024 mediante la entrega de un pozo compartido de $200 millones entre las propuestas ganadoras, y que ayudó a financiar a empresas con soluciones innovadoras en el mundo de la construcción.
“Desde el OTIC CChC estamos convencidos de que la innovación tecnológica es una aliada estratégica para enfrentar los desafíos de capital humano en la construcción, especialmente cuando herramientas como la realidad aumentada o la IA llegaron para quedarse. Proyectos como Pignus muestran que es posible combinar formación práctica y seguridad con nuevas metodologías de aprendizaje inmersivo”, sostiene Claudia Jaña, subgerente de Innovación Social del OTIC CChC.
Con visores y simulaciones, los trabajadores son puestos a prueba en entornos que replicaban situaciones reales, ya no con una foto o relato, como se hace normalmente: en Pignus ingresan al trabajador a un escenario virtual donde muestran una situación real y, por ejemplo, debe identificar riesgos, u otros espacios comunes en el mundo de la construcción.
“La realidad aumentada permite que los trabajadores aprendan como en un videojuego, sin la presión de estar en una sala de clases ni el riesgo de estar en la obra”, reflexiona Orellana. “El gran valor de la herramienta es que el trabajador se olvida de que está siendo evaluado y se concentra en resolver situaciones reales de manera entretenida”.
El resultado es inmediato: se logran diagnósticos más precisos, reducción de la ansiedad que suelen generar los test tradicionales y, sobre todo, una mejor comprensión de las habilidades blandas que cada trabajador pone en práctica, explica.
El primer giro llegó cuando la iniciativa puso los ojos en la construcción, una industria que en Chile concentra más de 700 mil trabajadores y que, según datos de la Superintendencia de Seguridad Social, ha enfrentado históricamente elevados índices de accidentabilidad. Allí, el problema no era solo técnico, era también humano. “Nos dimos cuenta de que había una oportunidad concreta de impactar en la productividad y la seguridad del sector”, señala la fundadora de Pignus.
Ahora, en sesiones de hasta cuatro personas, los usuarios participan en dinámicas que parecen un videojuego, donde deben coordinarse como equipo, comunicarse efectivamente e identificar riesgos de seguridad. Cada escenario está diseñado a partir de situaciones reales: una faena en altura, el uso de maquinarias pesadas o la reacción frente a una emergencia. “Nuestro objetivo es simple”, plantea. “Que cada trabajador vuelva a su casa sano y salvo. Si la realidad virtual ayuda a eso, ya estamos cumpliendo nuestra misión”.
Proyección internacional y próximos pasos
Hace unos meses, Orellana viajó a China para conocer de cerca los avances tecnológicos que están marcando tendencia en capacitación industrial, donde vio de primera mano que la automatización y la tecnología serán parte fundamental del rubro. “La realidad china nos confirmó que vamos en la dirección correcta, y que Chile tiene todas las condiciones para sumarse a esta ola de innovación”, comenta Orellana.
Con el premio obtenido en el FIT Construcción 2024, el equipo de Pignus está expandiendo el alcance de sus módulos de capacitación, pues cree que “la construcción chilena está lista para dar un salto hacia la digitalización. Y si eso significa salvar vidas, entonces vale la pena innovar”, concluye.
En esa línea, desde el OTIC CChC señalan que “nuestro propósito es que más empresas y trabajadores accedan a herramientas que fortalezcan sus competencias y eleven los estándares de productividad y seguridad en obra. Al apoyar proyectos como este, impulsamos una transformación cultural que beneficia a toda la industria”, agrega Claudia Jaña.
Con una solución nacida en el norte del país, probada anteriormente en el mundo de la minería y hoy consolidada en Santiago, Pignus busca dejar una huella en la forma en que se capacitan los equipos de obra. Ya no con un papel, sino que en el ambiente virtual de la realidad aumentada.
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