Por Luis Alcayaga, gerente comercial regional de Flow.
Hoy, más que hablar de un evento de consumo masivo, debemos reconocer el potencial del Cyber Day, que para las personas significó acceder a productos que antes estaban fuera de su alcance por distancia, precios o desconocimiento, y a formas de pago más seguras, rápidas y adaptadas a la vida digital actual, como por ejemplo, las billeteras electrónicas, altamente utilizadas entre jóvenes y personas sin tarjeta bancaria.
Además, este evento dio visibilidad a los comercios. En esta edición, cientos de pequeños emprendimientos participaron junto a grandes marcas, demostrando que con una buena estrategia digital es posible llegar a nuevos públicos, competir y crecer de forma sostenible. Gracias a plataformas de pago online, muchas de estas empresas pudieron ofrecer soluciones rápidas y seguras, ganando confianza entre nuevos clientes.
Por otra parte, el Cyber Day fue impulso para la economía, pues el aumento del consumo digital genera más empleo, incentiva la formalización, promueve la bancarización y, sobre todo, reactiva sectores clave como logística, tecnología y servicios financieros. Cada compra realizada en línea es parte de una cadena que genera valor y desarrollo en múltiples niveles.
Más allá de estos logros, este evento también nos deja desafíos. Debemos seguir trabajando en la alfabetización digital de todos los sectores, mejorar la ciberseguridad y fomentar políticas públicas que fortalezcan la infraestructura digital del país. Las fechas como el Cyber Day no deben ser solo momentos de ofertas, sino hitos que reflejen lo que podemos construir si el comercio electrónico se piensa como un motor de desarrollo.
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