LOS TRABAJADORES, CORAZÓN QUE IMPULSA EL COMERCIO ELECTRÓNICO

Por Luis Alcayaga, gerente comercial regional de Flow. 

Más allá de la conmemoración realizada por el Día Internacional del Trabajador, es importante reflexionar siempre sobre el valor de los trabajadores y trabajadoras, ese motor invisible y constante que sostiene nuestras comunidades, mueve las economías y da sentido a lo que hacemos. En esta reflexión, no podemos dejar fuera a un grupo cada vez más amplio y diverso de personas que integran un ecosistema en constante transformación: el del comercio digital.

Desde nuestra posición como plataforma de pagos online, somos testigos privilegiados de un fenómeno que se ha acelerado en los últimos años: la incorporación de miles de personas al comercio a través de canales digitales. Emprendedores que antes vendían en ferias, almacenes de barrio o desde sus casas, hoy llegan a clientes en todo Chile (y más allá), gracias a la tecnología, la conectividad y las herramientas digitales disponibles. Personas que decidieron transformar su talento, sus oficios o pasiones en negocios propios, siendo en muchos casos el principal sustento económico de sus hogares.

Este dinamismo no solo es un reflejo de resiliencia y creatividad, sino también de una nueva forma de entender el trabajo. Un trabajo que ya no siempre se ejerce desde una oficina o en un horario tradicional, sino desde una tienda online, una cuenta de redes sociales, un taller en casa o incluso desde el celular, mientras se cuida a los hijos o se estudia una nueva carrera.

Hoy más que nunca, el comercio online se ha convertido en una plataforma de inclusión laboral. Ha permitido que personas de distintas edades, géneros, territorios y trayectorias encuentren en él una vía para generar ingresos, desarrollarse profesionalmente y aportar a la economía local. Detrás de cada carrito de compras, cada despacho y cada pago aprobado, hay trabajo humano.

Por eso, como actores del ecosistema digital, tenemos una responsabilidad: cuidar y valorar a esas trabajadoras y trabajadores. No basta con ofrecer herramientas tecnológicas; es clave generar condiciones justas, accesibles y sostenibles para que puedan desarrollarse y crecer. Ellos sostienen la cadena de valor del comercio electrónico y quienes dan vida a este sector que no deja de crecer.

En un mundo cada vez más automatizado, el talento humano se vuelve aún más relevante. La empatía en el servicio, la creatividad para resolver problemas, la pasión por mejorar, no se reemplazan con un algoritmo. Son cualidades humanas que debemos nutrir, incentivar y proteger.

Es importante mirar más allá de los grandes números del comercio digital y reconocer lo que realmente hace que todo funcione: las personas, el capital más valioso de cualquier empresa.

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