El Pacto Chileno de los Plásticos plantea enormes oportunidades de transformación para quienes son parte de esta iniciativa y para el país. Para conocer sus principales avances y perspectivas conversamos con Antonia Biggs, líder de Consumo y Producción Sustentable en Fundación Chile y directora de Circula el Plástico. Por: Hortencia Fritz A.
Desde que se firmó el acuerdo entre la Fundación Ellen MacArthur y el Ministerio del Medio Ambiente, a fines del 2018 hasta el día de hoy, ha habido dos grandes etapas en el Pacto Chileno de los Plásticos.
La primera durante el año 2019, cuando se convocó a todos los socios y actores de la cadena de valor del plástico para formar parte del Pacto, armar una gobernanza y luego fijar las metas y trazar la Hoja de Ruta a seguir. Esto último terminó a principios del año 2020.
La segunda etapa, más de “implementación”, se vio enfrentada a una pandemia y a reuniones virtuales, no obstante, había que avanzar en lo estipulado para los primeros dos años: 2020 y 2021. Se realizaron estudios, investigaciones, campañas, guías, llamados de innovación abierta y seminarios, entre otras acciones.
“Hoy por hoy, con un decreto de meta de envases y embalajes ya oficializado (Ley REP) y una Ley de Plásticos de Un Solo Uso a punto de salir en el Diario Oficial, se tuvo que remirar la Hoja de Ruta y priorizar las actividades que generarían mayor impacto, que nos permitirán “mover la aguja” y alcanzar de forma más rápida nuestras metas”, explica Antonia Biggs, líder de Consumo y Producción Sustentable en Fundación Chile y directora de Circula el Plástico.
Para lo anterior, una actividad clave “fue fijar la línea de base del Pacto, o Reportabilidad, ya que ‘lo que no se mide, no se gestiona’. El espíritu colectivo y colaborativo para alcanzar las metas de forma conjunta ha sido un paradigma importante para el Pacto y sus socios”, puntualiza la ejecutiva.
Los compromisos y sus alcances
Recientemente, se publicó el Primer Informe de Reportabilidad del PCP 2021. En general, ¿cuál es el balance respecto de los 4 compromisos establecidos y sus logros?
Es importante mencionar que al ser la primera Reportabilidad se trata de nuestra línea de base, las cifras del año 2019, el “desde dónde partimos” como Pacto para luego ir midiendo nuestros avances. En ese sentido, los datos cuantitativos agregados permiten entender el estado inicial del Pacto ante sus compromisos, donde se destaca que:
- Compromiso 1 “Tomar acciones para eliminar los envases y utensilios plásticos de un solo uso que sean problemáticos o innecesarios a través del rediseño y la innovación”: Se han reducido 745 toneladas de productos plásticos problemáticos, equivalente a 184 millones de unidades.
- Compromiso 2 “100% del packaging plástico debe ser diseñado para ser reciclable, reutilizable o compostable”: 67% de los envases y embalajes plásticos han sido diseñados para ser reciclables en la práctica.
- Compromiso 3 “1/3 del packaging plástico domiciliario y no domiciliario debe ser efectivamente reciclado, reusado o compostado”: A diferencia de los otros, éste tiene una meta a nivel nacional, por lo que su medición es en esa misma escala. Para el periodo evaluado la tasa nacional de reciclaje de EyE plásticos fue de 6,7%.
- Compromiso 4 “Los envases y embalajes plásticos deben tener-entre sus distintos formatos en promedio- un 25% de material reciclado”: En promedio, el portafolio del Pacto tiene un 5,2% de plástico reciclado, considerando el uso de éste en envases primarios, secundarios y terciarios.
Además de estas cifras agregadas, la Reportabilidad incluye de forma cualitativa, las acciones que realizaron las empresas socias del Pacto – productores, transformadores y gestores- durante el año 2019. Sin duda, esto marca un hito positivo y se alinea con lo que están haciendo todos los Pactos de la Red a nivel mundial, distribuidos en Norteamérica, Sudamérica, Europa, África y Oceanía.
Para conocer todos los avances específicos de Circula el Plástico se puede visitar el sitio https://circulaelplastico.cl/publicaciones/
¿Dónde están las brechas que debemos acortar? ¿Qué sectores pueden acelerar los cambios que se requieren?
Sin duda, la incorporación de plástico reciclado en envases es un desafío. En ese sentido, por ejemplo, la Ley de Plástico de Un Solo Uso obliga a las empresas que utilizan botellas de PET a incorporar en su fabricación, una tasa de material recolectado y reciclado en el país, inicialmente de un 15% al año 2025, lo que aumentará gradualmente según se establece en la propia Ley.
Es un tremendo reto, debido a que se deben resolver barreras normativas para permitir el uso de material reciclado en envases de alimentos y, por otro lado, no obstante, en el mundo existen tecnologías para producción de PET reciclado (rPET), aún no está disponible en nuestro país. Cabe destacar que junto a InvestChile realizamos un Reporte indicando dónde están las oportunidades para invertir en infraestructura de reciclaje en Chile: https://circulaelplastico.cl/wp-content/uploads/2021/07/esp-e-book-pactoplastico-corto.pdf
Ahora bien, si pensamos en otros sectores, más allá del de envases y embalajes, existen otros que también son demandantes de plástico en Chile como la Construcción, la Minería, el Retail, la Agricultura y la Pesca, que pudieran por tanto explorar la tracción de resina plástica reciclada, tal como indica el Diagnóstico y propuesta de Acuerdo de Producción Limpia “Potenciando la demanda de resinas plásticas recicladas”, realizado por ASIPLA.
Una economía que se haga cargo de los residuos y la contaminación plástica desde su origen es un profundo objetivo. ¿Cuál es el llamado a que se sumen más socios y organizaciones?
El llamado más importante que podemos hacer es recalcar que solo alcanzaremos una economía que se haga cargo de sus residuos y de la contaminación plástica desde su origen si es que actuamos de forma colectiva y colaborativa. Las empresas, los productores, el sector público, las organizaciones sociales, los gestores, todos los actores de la cadena de valor del plástico, quienes tienen metas propias y nacionales que cumplir, no las podrán alcanzar actuando de forma individual; en el Pacto ya estamos avanzando como grupo, nos apoyamos, potenciamos, compartimos y hacemos sinergias entre todos los actores.
Hacia la economía circular
La crisis sanitaria, social y ambiental que hoy vive el mundo nos impone nuevos desafíos. Chile no está ajeno a esta realidad. En atención al escenario actual, ¿Cuál es el paso siguiente para el PCP?
En el entendido que para salir de estas crisis se necesita implementar otro modelo de desarrollo, alternativo a la economía lineal tradicional como es la economía circular, el PCP estará aportando, desde dos de los tres pilares fundamentales de este nuevo enfoque:
- Eliminando los residuos y la contaminación desde el diseño (asociado a nuestros Compromisos 1 y 2).
- Manteniendo los productos y materiales en uso por el mayor tiempo posible (asociado a nuestros Compromisos 3 y 4).
Entre otras acciones que reflejan esto, hay algunas iniciativas que nos abren nuevos horizontes en el ámbito de la revalorización de los residuos. ¿De qué se trata el plan piloto de recuperación de PP5 Flexible?
Gracias a un esfuerzo colaborativo, impulsado por Agrosuper, Carozzi, Nestlé, Tresmontes Lucchetti y Walmart, con el patrocinio del Ministerio del Medio Ambiente, SOFOFA y la Asociación de Industriales del Plástico (ASIPLA), se dio inicio a fines de mayo de este año a un piloto para impulsar el reciclaje de polipropileno (PP o plástico 5) flexible, que se utiliza como envase o embalaje de múltiples productos de consumo masivo, como tallarines y galletas, por ejemplo.
La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP) es uno de los principales impulsos normativos, que se ha implementado para fomentar e incrementar las tasas de reciclaje a nivel nacional, a través de metas de recolección y valorización -entendida como la transformación de material reciclado en nueva materia prima-, que deben cumplir las empresas generadoras de diversos productos prioritarios, entre ellos, envases y embalajes.
Si bien, muchos plásticos son técnicamente reciclables, en la práctica nos encontramos con una realidad diferente al querer disponerlos para su reciclaje. Así vemos que el PET (botellas y clamshell) es ampliamente recibido en los puntos limpios, pero no ocurre lo mismo con el polipropileno flexible (envases de plástico 5), que comúnmente se utiliza como embalaje de tallarines, hamburguesas, galletas, snacks, entre muchos otros productos, principalmente alimentos, gracias a sus excelentes propiedades de conservación de éstos.
El polipropileno (PP) puede llegar a ser un material con un alto índice de reciclabilidad, convirtiéndose en una alternativa para muchas empresas que buscan utilizar plásticos más reciclables en sus envases y embalajes. Sin embargo, a nivel nacional, los avances en materia de gestión de estos residuos han sido lentos, debido a que no se dispone de infraestructura para recuperar y pre-tratar este material. Según un estudio realizado por ASIPLA, en colaboración con SOFOFA y diversas organizaciones, la valorización del PP flexible posconsumo domiciliario en Chile puede llegar a representar el 1,1% del PP flexible en el mercado, lo que equivale a 23.802 toneladas/año.
En este escenario, hoy se desarrolla un proyecto piloto para recepcionar el PP flexible en diversos puntos limpios gestionados por TriCiclos y MSur, quienes acopian los envases de este material y los trasladan a Inproplas, empresa valorizadora que transforma los envases reciclados en pellets de plástico que son utilizados como materia primera para nuevos productos.
El proyecto contempla una primera etapa de cinco meses (desde mayo) y considera operar ocho puntos limpios en seis comunas de la Región Metropolitana, uno en Concepción y otro en La Serena. Sin duda, un paso valioso para el reciclaje de este tipo de residuos.
