Leonardo Navarrete, gerente comercial de STG Chile.
El ecosistema tecnológico que estamos construyendo, sumado a las exigencias y demandas de más y mejores experiencias digitales, están cambiando el mundo como lo conocíamos. Y una de las áreas fundamentales en este cambio de paradigmas es la logística.
El uso de tecnologías en las cadenas de suministro no es algo nuevo. De hecho, dado que la pandemia modificó los hábitos de compra de los clientes e hizo explotar el comercio electrónico, las tiendas físicas cambiarán. Las empresas están priorizando el ecommerce como eje de sus estrategias, dando espacio a las dark stores: tiendas enfocadas en la venta 100% online.
Hace tiempo que los grandes retailers están pensando en cómo reconvertir sus tiendas con el objetivo de adaptarse y atraer al cliente con experiencias inolvidables. En ese sentido, además de las dark stores, están pensando en tiendas híbridas: 50% tienda y 50% bodega.
En la tienda, la idea es evitar la interacción e implementar sistemas como espejos virtuales para que las personas puedan probar sus productos. Mientras que, en la bodega, el cliente tendrá que contar con tecnologías para administrar la recepción y despacho de su compra.
Esta mezcla obedece a las nuevas tendencias y necesidades. Para ello, urgen sistemas integrados que permitan tener los inventarios en línea y en tiempo real, con tecnología de última generación como robots y picking inteligentes que consigan predecir recomendaciones según ubicación y preferencias del cliente.
Hub inteligentes
Hoy, grandes empresas como Amazon están irrumpiendo en el mercado chileno, evidenciando lo atrasadas que están las empresas locales. Y es que en Chile, la inversión está sujeta a tecnologías probadas. Sin embargo, el mercado está presionando.
Existen muchas iniciativas de automatización, pero las empresas aún no dan el paso firme pues esperan retornos en el corto plazo. Pero la visión debe cambiar. Hoy la tecnología significa posicionarse y ser competitivo. Para ello hay que invertir. Antes, construir una bodega era comprar muebles y armar los almacenes. Hoy, hay que dotarlos de Wi-Fi y sistemas de robotización.
Uno de los grandes problemas en el país es que muchos centros de distribución están lejos de las tiendas, subiendo los costos y tiempos de entrega. Este escenario debe cambiar. Y el rol de las dark stores y tiendas híbridas toman fuerza, pues permiten administrar grandes volúmenes del inventario cerca de los locales.
Para ello, es fundamental que los centros de distribución sean inteligentes. Es decir, que cuenten con sistemas sincronizados e integrados, inventarios en línea, además de software de pronóstico de demanda y stock que permitan planificar la producción.
Ecosistema digital: data valiosa
Si hay una diferencia sustancial respecto al modelo tradicional de compra, es que con las ventas en línea se producen datos útiles para las empresas. De esta forma, se potencian los sistemas de predicción que ayudan a medir sugerencias de compra y, así, personalizar la experiencia del cliente.
La data que produce comprar y consumir por internet es una herramienta útil para mejorar la relación con los clientes. Las organizaciones podrán, por ejemplo, realizar promociones y descuentos especiales para las personas en función de su cumpleaños, necesidades o modas.
Los clientes son más empoderados y exigen un proceso de compra expedito, rápido y sin problemas. Si las empresas no empiezan a implementar, por ejemplo, inteligencia artificial para generar patrones y medir comportamientos que permitan realizar análisis automáticos sin una persona a cargo, no hay futuro.
Las tendencias seguirán avanzando hacia sistemas automatizados, que permitan predecir las distintas gestiones de la cadena de suministro. Así, los colaboradores serán más productivos y colaborativos, evitando cargas innecesarias y priorizando acciones más selectivas.
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