Académicos del Solar Energy Research Center (SERC Chile) valoraron los avances técnicos presentados por el Coordinador Eléctrico Nacional en su Cuenta Pública 2024, así como la disposición institucional para enfrentar desafíos críticos como el apagón del 25 de febrero. El fortalecimiento de la resiliencia operativa, la incorporación de almacenamiento y la digitalización del sistema fueron algunos de los puntos destacados por los expertos.
En su reciente Cuenta Pública 2024, el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) dio cuenta de importantes avances en la transformación del sistema eléctrico, destacando hitos en la incorporación de energías renovables, la disminución de factor de emisiones, la integración de herramientas tecnológicas para la operación, y distintas medidas orientadas a enfrentar contingencias como el apagón del 25 de febrero pasado.
La actividad, encabezada por el presidente del CEN, Juan Carlos Olmedo, y su director ejecutivo, Ernesto Huber, convocó a autoridades del sector energético, representantes de la academia, gremios y sociedad civil para revisar la evolución del sistema y los desafíos estructurales que enfrenta el país en materia de infraestructura y resiliencia energética.
Al respecto, el investigador SERC Chile – UAI y director del Center for Energy Transition (CENTRA UAI), Rodrigo Barraza, valoró el avance sostenido hacia una matriz energética más limpia, destacando la participación renovable del 70% en 2024, lo que permitió reducir casi a la mitad el factor de emisiones del sistema en comparación con 2021. No obstante, advirtió que este proceso también conlleva desafíos crecientes para la seguridad y confiabilidad del sistema.

“El apagón del 25 de febrero evidenció vulnerabilidades relevantes, especialmente la desconexión anticipada de generación renovable, lo que acentuó el desbalance del sistema. Este evento refuerza la urgencia de avanzar en medidas que fortalezcan la resiliencia del sistema eléctrico”, puntualizó Barraza.
Entre los focos estratégicos mencionados por Barraza, destacan la actualización oportuna de Normas Técnicas, la incorporación acelerada de tecnologías de almacenamiento, y el desarrollo de capacidades para que el sistema pueda operar de forma autónoma en subsistemas frente a contingencias.
“En un país como Chile, altamente expuesto a eventos extremos, la resiliencia energética debe ser concebida como una inversión estratégica que combine flexibilidad operativa, infraestructura robusta y una coordinación efectiva entre todos los actores del sistema. Reforzar esta capacidad no solo permitirá enfrentar con mayor solidez futuras contingencias, sino también garantizar una transición energética segura, sostenible y centrada en el bienestar de las personas”, agregó Barraza.
En esta misma línea, el investigador SERC Chile – UAI, Carlos Silva, subrayó que el informe anual del CEN refleja el estado del arte en la operación del sistema y una clara voluntad de mejora continua. Además, destacó hitos en digitalización, acceso abierto e integración de tecnologías limpias.
“El organismo puso en cifras lo realizado por la organización en acceso abierto de nuevos proyectos de generación y transmisión, en integración de almacenamiento, y en aportes de energía solar y eólica al sistema. Respecto de este último punto, se relevó la contribución de las tecnologías renovables en términos energéticos y en su creciente participación en la provisión SSCC (Servicios Complementarios)”, aclaró Silva.
A su vez, Silva, agregó que la cuenta también hizo referencia a distintas herramientas tecnológicas que el CEN está integrando en la operación del sistema para permitir la coordinación de un creciente número de unidades de generación de manera segura y eficiente.
Para los investigadores, la Cuenta Pública presentó datos clave: una disminución del 20% en las emisiones por MWh generado, crecimiento en la participación de energía solar y eólica, y una baja cercana a los 1.000 millones de dólares en los costos de operación del sistema.
Los expertos concluyen que, si bien el CEN ha dado pasos firmes en digitalización, integración de renovables y coordinación operacional, será clave mantener una gobernanza técnica sólida y garantizar el cumplimiento normativo en todos los niveles para consolidar una transición energética segura y sostenible.
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