INDUSTRIA DE LOS CÍTRICOS SE PREPARA PARA EL FUTURO CON UN BANCO DE GERMOPLASMA

El proyecto permitirá que los agricultores accedan a variedades de propagación libre de plagas y enfermedades que aporta a la competitividad en la producción de cítricos de nuestro país. Ese es el objetivo del primer Banco de Germoplasma que desarrolla la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

El proyecto consiste en desarrollar un área para albergar la diversidad genética de plantas sanas de cítricos, de modo que el material sea base para producir, en una primera etapa, una planta corriente de cítricos mejorada. Para ello, se realizarán de forma periódica exámenes, con el objetivo de verificar su sanidad y así mantener el material vegetativo libre de virus y enfermedades. Además, contempla la introducción al país de nuevas variedades de cítricos con proyección en el mercado internacional, y la capacitación en Estados Unidos de una especialista de la PUCV en la identificación y control de enfermedad HBL, la cual es una amenaza para la industria citrícola nacional.  

El proceso de verificación de la sanidad de las plantas se realizará por medio de la validación de una nueva tecnología basada en el empleo de una planta indicadora y el análisis de PCR, (técnica también utilizada para el examen del COVID- 19), que consiste en pruebas de laboratorio que analizan la secuencia de ARN de los virus y viroides presentes en las plantas. La docente de la Escuela de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y ejecutora del proyecto, Ximena Besoain, indica que “estos nuevos sistemas nos permitirán realizar una detección eficaz y a un menor costo de las principales enfermedades producidas por virus y viroides, transmisibles por injerto (CGTPs), más HLB (plaga más grave a nivel mundial para los árboles) y pondrá a disposición de la industria citrícola material de propagación sano”.

A la fecha, existen diversas enfermedades que afectan a la industria citrícola de nuestro país. Los árboles de cítricos presentan una larga vida útil, lo que permite el establecimiento de complejas interacciones con microorganismos en todo el suelo y en áreas sobre la superficie.

En esa línea, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, sostiene que “durante la temporada 2020, las exportaciones totales de cítricos llegaron a casi 370 mil toneladas, las que tuvieron como principal mercado Estados Unidos. Este volumen representa un aumento en comparación a la temporada pasada, así que estás enfermedades sin duda que aumentan el costo de producción y pérdidas millonarias para quienes a diario trabajan para ofrecer un producto sano y nutritivo a una población que va en aumento, más aún cuando tenemos recursos naturales limitados. Estamos en un contexto donde las diversas complicaciones son aceleradas por la sequía, frío y la salinidad del suelo que limitan el cultivo de los cítricos, así que el trabajo que desarrollan los profesionales de la PUCV es clave para el futuro y desarrollo del sector”.

A lo anterior, Besoaín agrega que “esta iniciativa contribuirá a disminuir los riesgos de pérdidas de producción y calidad en los huertos. Permitirá enfrentar situaciones en las que sea necesario el recambio varietal, sin el riesgo de propagar distintas enfermedades. Y los agricultores en particular podrán mejorar sus retornos en la inversión y así van a poder aprovechar la apertura de nuevos mercados”.  

Añade que la implementación del banco de germoplasma permite contar con material sano de cítricos, y como consecuencia se obtiene una mejor calidad en las plantas, permitiendo a futuro el desarrollo de una planta certificada. Asimismo, protege a los huertos del impacto del HBL y previene la dispersión de patógenos, tipo de virus y viroides, presentes en Chile.

Una de las entidades asociadas al proyecto es el Comité de cítricos. Para su presidente, Juan Enrique Ortuzar, esta es una iniciativa muy valorada por el sector, ya que mantendrá a resguardo y disposición variedades de propagación comercial. “En el caso de ingresar una plaga o enfermedad como la HLB, se puede implementar de manera muy rápida un esquema de propagación segura con los viveros. De no contar con el banco de germoplasma, la citricultura nacional perdería cinco años por no poder renovarse y esto tendría un costo muy alto”.

 Aquellos productores que se encuentren afectados por problemas agronómicos y busquen reemplazar sus huertos por plantaciones de cítricos, lo van a poder hacer en el mediano plazo, con un menor nivel de riesgo, “contribuyendo así al crecimiento de la industria citrícola a largo plazo”, concluye Besoain.

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