Adaptarse a los nuevos tiempos y repensar la manera en la que trabajamos es esencial a la hora de volver a la oficina. Por eso, el diseño del lugar de trabajo es crucial para el regreso presencial de los colaboradores, el cual no sólo debe contar con las medidas de seguridad necesarias, sino también debe ser flexible, confortable y tener como foco el facilitar la colaboración entre los equipos.
Las empresas -en esta nueva normalidad- requieren crear un ambiente que contribuya con la productividad y el bienestar de sus colaboradores; para ello, es esencial contar con mobiliario y equipos necesarios para adaptar los espacios según las necesidades del negocio. WeWork es el perfecto ejemplo para esto; sus espacios están no sólo muy bien estudiados sino que, siempre, buscan darle un toque local y acogedor para que las personas se sientan a gusto.
Los espacios de trabajo se han vuelto muy fríos, ocasionando que muchas veces no pueden identificarse la ciudad en la que se encuentran. WeWork se ha esforzado porque en cada uno de sus edificios el diseño se enfoque en recuperar aspectos que tengan que ver con la cultura local.
“Uno de nuestros members al entrar a una de las salas de reuniones de una de nuestras sedes nos preguntaba por qué la alfombra era verde; le explicamos que esto no era más que la continuación de los colores que podías ver mirando por la ventana. Asimismo, siempre intentamos incorporar a la decoración de nuestras sedes productos de proveedores locales o latinoamericanos, como por ejemplo, los muebles la empresa chilena Ángela Restrepo. Además, varios de los objetos decorativos de las sedes en Santiago han sido fabricados por artesanos chilenos, como algunos jarrones de greda, cestas de mimbre y mantas de la tienda A Mano; o textiles de Magdalena Le Blanc”, explicó María José Barreda, gerente general de WeWork Chile.
Según comenta la ejecutiva, conectarse con la comunidad local -celebrar su flora y fauna, los vecindarios o la cultura de un área determinada- es uno de los valores clave para el equipo de diseño de WeWork. Antes de abrir una nueva ubicación en el mundo, un grupo de diseñadores lleva a cabo investigaciones en el terreno y se sumerge en la dinámica local, con el objetivo de crear un espacio que se fusione de forma auténtica y se convierta en parte del tejido existente de la ciudad.
“Para nosotros es fundamental poner atención en los pequeños detalles, desde las texturas, iluminación, arte y accesibilidad del espacio de trabajo, buscando que hasta ir por una taza de café o sentarse en un escritorio, sea una experiencia totalmente diferente y disfrutable. Esto ayuda a sentir inspiración y comodidad a la hora de trabajar; y, si pensamos más allá de la pandemia, una buena distribución de oficina es aquella que optimiza la seguridad, comodidad y funcionalidad”, comentó Barreda.
De acuerdo a la gerente general de WeWork Chile, los espacios de oficina flexible mejoran la productividad al brindar a los equipos acceso a espacios compartidos y a recursos que necesitan para trabajar de forma más eficiente. “Cuando los colaboradores cuentan con el apoyo de un diseño de oficina que promueve la creatividad y responde a sus necesidades cambiantes, ya sea en el transcurso de un proyecto o del día, les resulta muchísimo más fácil cumplir sus objetivos”, agregó.
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