El Black Friday 2025 llega antes de lo previsto. Grandes marcas y plataformas de comercio electrónico han adelantado sus campañas de descuentos, transformando noviembre en un mes completo de rebajas. Sin embargo, este fenómeno no solo impulsa las compras online en España, sino que también está generando un impacto energético acumulativo que va más allá del uso doméstico de pantallas. El incremento de actividad en servidores, centros logísticos, transporte y plataformas digitales se suma al mayor consumo en los hogares—más horas frente a dispositivos, envíos constantes y mayor actividad digital—, lo que podría elevar hasta un 10% el gasto energético doméstico en un contexto donde el precio de la luz continúa al alza.
Un noviembre de rebajas anticipadas: el consumo no espera al Black Friday
Según Hola.com, el Black Friday 2025 se celebrará oficialmente el 28 de noviembre, pero los descuentos han comenzado ya a inicios de mes. Este adelanto, promovido por grandes cadenas y plataformas internacionales, ha convertido el tradicional día de compras en una auténtica maratón de consumo digital. Durante todo noviembre, los consumidores españoles están expuestos a múltiples oleadas de ofertas, promociones cruzadas y campañas que invitan a comprar sin pausa.
RTVE señala que este fenómeno refleja un cambio profundo en los hábitos de consumo. Las empresas extienden sus campañas para competir en un entorno saturado, y los compradores, ante el miedo a perder oportunidades, pasan más tiempo conectados, comparando precios y realizando compras online. Este comportamiento digital intensivo no solo impacta en el comercio minorista, sino también en la huella energética doméstica: más dispositivos encendidos, mayor uso de iluminación artificial y un consumo eléctrico que crece sin que los usuarios sean plenamente conscientes.
Además, la presión comercial anticipada tiene un efecto psicológico relevante. La sensación de “oferta permanente” diluye la noción de ahorro real y transforma el consumo en un hábito constante. En paralelo, el gasto energético asociado —pantallas activas, refrigeración de equipos, carga de dispositivos y envíos logísticos— se dispara, lo que pone de relieve la necesidad de aplicar estrategias de ahorro de luz en el hogar. Este adelanto del Black Friday podría ser el más rentable para las marcas, pero también el más costoso para la sostenibilidad y las facturas domésticas.
Más clics, más luz: el lado oculto del comercio electrónico
El auge del comercio electrónico en España se ha consolidado como un motor económico, especialmente durante el Black Friday. Según datos publicados por Ecommerce News, muchas pymes españolas llegan a concentrar hasta un 40 % de su facturación anual en esta sola semana, y en el caso de las empresas más digitalizadas, esa cifra puede alcanzar incluso el 60 %. Este incremento de la actividad genera picos simultáneos de demanda energética, tanto en hogares como en centros logísticos y plataformas digitales.
A nivel doméstico, el uso prolongado de ordenadores, móviles, televisores y routers durante las jornadas de ofertas multiplica el consumo eléctrico, algo que podría reducirse si se aplicaran medidas orientadas a reducir el consumo energético. A nivel industrial, el tráfico online exige servidores activos las 24 horas, transporte, climatización y centros de datos operando a máxima capacidad. El resultado es una cadena de consumo energético que crece proporcionalmente al volumen de ventas.
Durante la semana del Black Friday, el aumento del consumo eléctrico va mucho más allá del uso doméstico de dispositivos. La infraestructura que sostiene el comercio online (centros de datos, plataformas digitales, almacenes automatizados y redes logísticas) opera con una demanda excepcional que se suma al gasto de los hogares. Este pico simultáneo ejerce una presión notable sobre la red eléctrica y eleva los costes operativos del sistema. La paradoja es clara: mientras el comercio online promete eficiencia, incrementa en silencio la demanda de energía y, con ello, los costes que terminan reflejándose en el precio de la luz que pagan los consumidores.
El equilibrio entre las compras y la factura eléctrica
El adelanto del Black Friday plantea un desafío evidente: cómo disfrutar de las ofertas sin que el gasto energético se dispare. Los expertos recomiendan adoptar medidas simples pero efectivas para compensar el aumento del consumo eléctrico derivado del uso intensivo de dispositivos y compras online.
Algunas estrategias prácticas incluyen:
- Evitar mantener varios dispositivos encendidos simultáneamente.
- Aprovechar las horas valle de las tarifas eléctricas para realizar compras o cargar equipos.
- Desconectar los aparatos electrónicos cuando no se utilicen para reducir el consumo fantasma.
- Optar por iluminación LED y sistemas de bajo consumo durante las largas jornadas frente a pantallas.
Además, revisar la potencia contratada puede marcar la diferencia durante estas semanas de alto gasto doméstico. Ajustarla a las necesidades reales del hogar ayuda a optimizar la factura eléctrica sin perder confort. Los consumidores también pueden aprovechar las herramientas digitales, como el comparador de tarifas de luz, para encontrar opciones más económicas y sostenibles.
El Black Friday 2025 no solo será una prueba para el comercio, sino también para la eficiencia energética de los hogares españoles. A medida que las campañas se adelantan y el consumo digital aumenta, se vuelve urgente replantear la relación entre ahorro y sostenibilidad. Comprar con responsabilidad energética podría ser, paradójicamente, el verdadero descuento que necesitamos para equilibrar comodidad y conciencia ambiental.
Fuente: papernest.es
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