APOYO DE LA CIENCIA PARA FORTALECER A FLORICULTORES DE LONGOTOMA

Adaptar sistemas hidropónicos, tecnologías de eficiencia hídrica y uso de bioinsumos. Estas son algunas de las prácticas que los floricultores de Longotoma implementarán para una producción de flores de corte más eficiente en el uso del agua y amigable con el medioambiente.

Durante un año y medio, la ejecución de este proyecto de innovación, financiado con aportes del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de Valparaíso Código BIP 40046076 busca, a través del trabajo colaborativo entre INIA y floricultores de Longotoma, implementar esta propuesta de un modelo de hidroponía para flores de corte.

La producción de flores de corte ha sido una actividad importante para los productores de Longotoma a lo largo de la historia, transformándose en floricultores especializados principalmente en especies como clavel y crisantemo. Por años, éste ha sido un mercado específico demandado por los consumidores y una fuente de ingreso económico y social importante para esta localidad.

Actualmente, la mayoría de los floricultores que habitan en este territorio, aspiran a que este rubro siga siendo una actividad importante. Sin embargo, están preocupados porque el histórico monocultivo de alguna de las especies, el inadecuado manejo del suelo y el uso de material vegetal de baja calidad sanitaria, sumado a la escasez hídrica que ha impactado con un déficit de precipitaciones del 70% frente a un año normal; los floricultores de Longotoma han visto perjudicada la productividad y rentabilidad de sus sistemas productivos.

Esta iniciativa consiste en cuatro etapas. La primera fue recabar información de experiencias en la producción de flores de corte en sistemas hidropónicos, que culminó a fines de febrero, donde se determinó cuáles podrían tener una mejor adaptación al cultivo de flores de corte. En lo relacionado a la información y experiencias existentes en torno a este rubro, “encontramos que no hay mucha información”, asegura el Dr. Jaime Martínez-Harms, director de proyecto.

La segunda etapa consiste en visitar experiencias de hidroponía en flores de corte y una vez que se tenga definido el tipo de unidad demostrativa se elaborará una propuesta sobre la base de las demandas de los floricultores. En conjunto con ellos se definirá el lugar donde se van a instalar las unidades demostrativas, destacó Matías Quiroz, ingeniero agrónomo que forma parte del equipo técnico del proyecto. Inicialmente, dijo, “se planteó la posibilidad de trabajar el sistema hidropónico en sustratos (cultivo sin suelo), es decir, utilizar un medio físico para proporcionar soporte a las raíces y ayudar a mantener una buena circulación de aire y agua en el sistema”. La elección del sistema hidropónico, agrega, “dependerá de la especie de flor que se está cultivando, ancho ideal de la mesa de cultivo, variedades seleccionadas y condiciones ambientales”. Los sustratos sólidos comúnmente utilizados en la hidroponía son la perlita, vermiculita, fibra de coco, turba, arcilla expandida o lana de roca.

Luego viene una etapa de capacitación y transferencia de los conocimientos, para que los floricultores continúen con sus manejos sustentables y puedan generar beneficios económicos y sociales para sus familias. “Lo innovador de este proyecto es justamente la oportunidad de transferir el sistema hidropónico a agricultores en el rubro de flores de corte de Longotoma”, dijo el Dr. Martínez-Harms.  “Van a recibir capacitación técnica especializada en temas de elaboración y uso de bionsumos, como una opción a los fertilizantes y fitosanitarios convencionales, ya que pueden mejorar la resistencia de las plantas a enfermedades y plagas, mejorar la calidad de las flores, permitiendo al sistema mejorar su resiliencia frente a las condiciones ambientales, entre otros beneficios”. Se abordará, detalló el experto, “el control de los niveles de pH y conductividad eléctrica de las soluciones nutritivas para optimizar su producción y maximizar el rendimiento de sus cultivos”.

Prácticas sostenibles

Dentro de las prácticas agrícolas sustentables que se espera transferir a este grupo de agricultores en este sistema de flores de corte hidropónicas, es el uso de bioinsumos en lugar de plaguicidas y fertilizantes químicos. “Los bioinsumos son fertilizantes orgánicos hechos a base de materiales naturales como estiércol, restos de alimentos y otras fuentes de materia orgánica que, en general, tienen una alta carga de microorganismos benéficos”, explica Matías Quiroz. Estos bioinsumos, destaca el profesional, “son una opción a los fertilizantes químicos ya que no contienen productos de síntesis química y podrían mejorar la calidad del suelo y salud de las plantas”.

El manejo eficiente del riego es otra de las prácticas que se va a transferir para reducir el consumo de agua en la producción de flores. En la hidroponía las plantas utilizan soluciones nutritivas que, en la mayoría de los casos, se puede volver a reutilizar, lo que permite un uso más eficiente del agua necesaria para el riego. “Los sistemas hidropónicos tienen el potencial de reducir entre un 20 y un 30% el consumo de agua en comparación a los métodos de cultivo tradicionales”, asegura Matías Quiroz. La hidroponía, destacó, “permite un mejor control de los nutrientes que reciben las plantas, lo que puede mejorar la calidad y el rendimiento de las flores de corte”.

Con esta tecnología disponible, este proyecto constituye un desafío que esperamos genere un impacto positivo en la localidad de Longotoma, comentó el director de proyecto, Jaime Martínez-Harms. Si bien, resaltó, “percibimos que a este grupo de floricultores les cuesta visualizar un cambio en sus prácticas convencionales, entienden la necesidad de incorporar prácticas que permitan la sostenibilidad de sus sistemas de producción”.

Los productores en general están mostrando una creciente preferencia por utilizar manejos sustentables para reducir los altos costos productivos asociados al rubro, lo que está impulsando la adopción de estas prácticas en el sector de la floricultura.

En palabras del Gobernador de la Región de Valparaíso, Rodrigo Mundaca “es un proyecto que va a adoptar un sistema hidropónico para producir flores de manera sustentable y amigable con el medio ambiente. Se busca hacer más eficiente el sistema con las tecnologías disponibles en materia de uso del agua en un escenario de escasez hídrica y también con el uso de bioinsumos en la perspectiva de erradicar insumos sintéticos”. Agregó que es un proyecto que tiene por finalidad ir erradicando insumos sintéticos que podrían afectar el medioambiente y las personas. Por tanto, estas características van a transformarse en un elemento diferenciador a propósito de la existencia de otros productores que hacen un uso excesivo de agroquímicos y, a veces, de forma irracional el escaso recurso hídrico”. Precisó, que “se ha estado trabajando intensamente en una fase de diagnóstico y de locación de las unidades piloto y esperamos que este proyecto permita incrementar los ingresos de todas y todos los productores de flores de la localidad de Longotoma”.

En tanto, el director regional de INIA La Cruz, Jorge Morales expresó que el INIA La Cruz está fuertemente enfocado en liderar iniciativas que fomenten la transformación sostenible del sector agroalimentario. “Mantenemos una vinculación activa de transferencia tecnológica con todos los actores, para implementar soluciones que optimicen procesos y se instauren bajo lógicas agroecológicas. Esta iniciativa nos tiene muy contentos y comprometidos; y, esperamos que esta experiencia sea un piloto exitoso que pueda ser replicado y extrapolar en otras partes del país.

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